El Artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos hayan cumplido 18 años y tengan un modo honesto de vivir, esta declaración le otorga a la persona un status legal. Sin embargo, para ejercer la ciudadanía es necesaria la acción.
Derek Heater establece que “la ciudadanía es el derecho y la disposición de participar en una comunidad, a través de la acción autorregulada, pacífica y responsable con el objetivo de optimizar el bienestar público”. Ejercer la ciudadanía siempre tiene que ver con el otro, el sujeto privado se convierte en sujeto público.
La ciudadanía por derecho es aquella que nos es dada y está estipulada en la Constitución Política. La ciudadanía por disposición es la que se decide ejercerla, en ésta, se requiere la voluntad por participar, la tolerancia al establecer vínculos con otros que piensan o sienten diferente, el deseo de trabajar en equipo y la valentía para hacer valer el derecho de tener derechos en materia laboral, económica, medio ambiente, salud. En la ciudadana por disposición es necesaria la acción.
Ser ciudadano en acción tiene su reflejo en las asociaciones de la sociedad civil, son en éstas donde se hace visible la ciudadanía. La participación de objetivos y acciones comunes con el fin del bienestar de la comunidad hace que se viva la ciudadanía por derecho y por disposición. Ejercer la ciudadanía es tener la disposición por participar en las diferentes asociaciones e impactar en la esfera pública.
La participación de los ciudadanos en los asuntos públicos permite anticiparse a las demandas de éstos. La participación ofrece la posibilidad de una intervención eficiente y eficaz, con propuestas que optimicen recursos y den como resultados mejores servicios.
Aún con todas las ventajas del ejercicio de la ciudadanía, la participación ciudadana, en la mayoría de los casos, carece de estructura y organización. Existen metodologías como la Investigación Acción Participativa (IAP) que proporciona conocimiento de la comunidad y ayuda a plantear estrategias de acción.
Para Bru y Basagoiti la IAC es la capacidad de conocer para transformar. No es una intervención desde arriba sino desde a base social. Desde esta visión, la población no es un agente pasivo sino transformador y todo cambio social dependerá de su colaboración.
El conocimiento, la formación, la conciencia, comunicación, mediación y proximidad son los elementos que comprenden la IAP. Al iniciar un proceso de Investigación acción participativa, siempre tenemos que preguntarnos, ¿De dónde partimos? ¿A través de que mecanismos hemos definido el tema? ¿Qué posición ocupamos? ¿Qué espacios de participación vamos a incorporar en el proceso? Es importante recordar que la IAP es un proceso de aprendizaje colectivo, todos aprendemos.
Este tipo de Investigación es para académicos, políticos y funcionarios públicos, es un gran reto pero estoy segura que si aplicamos estas metodologías con las estrategias correctas dará grandes resultados.
Derek Heater establece que “la ciudadanía es el derecho y la disposición de participar en una comunidad, a través de la acción autorregulada, pacífica y responsable con el objetivo de optimizar el bienestar público”. Ejercer la ciudadanía siempre tiene que ver con el otro, el sujeto privado se convierte en sujeto público.
La ciudadanía por derecho es aquella que nos es dada y está estipulada en la Constitución Política. La ciudadanía por disposición es la que se decide ejercerla, en ésta, se requiere la voluntad por participar, la tolerancia al establecer vínculos con otros que piensan o sienten diferente, el deseo de trabajar en equipo y la valentía para hacer valer el derecho de tener derechos en materia laboral, económica, medio ambiente, salud. En la ciudadana por disposición es necesaria la acción.
Ser ciudadano en acción tiene su reflejo en las asociaciones de la sociedad civil, son en éstas donde se hace visible la ciudadanía. La participación de objetivos y acciones comunes con el fin del bienestar de la comunidad hace que se viva la ciudadanía por derecho y por disposición. Ejercer la ciudadanía es tener la disposición por participar en las diferentes asociaciones e impactar en la esfera pública.
La participación de los ciudadanos en los asuntos públicos permite anticiparse a las demandas de éstos. La participación ofrece la posibilidad de una intervención eficiente y eficaz, con propuestas que optimicen recursos y den como resultados mejores servicios.
Aún con todas las ventajas del ejercicio de la ciudadanía, la participación ciudadana, en la mayoría de los casos, carece de estructura y organización. Existen metodologías como la Investigación Acción Participativa (IAP) que proporciona conocimiento de la comunidad y ayuda a plantear estrategias de acción.
Para Bru y Basagoiti la IAC es la capacidad de conocer para transformar. No es una intervención desde arriba sino desde a base social. Desde esta visión, la población no es un agente pasivo sino transformador y todo cambio social dependerá de su colaboración.
El conocimiento, la formación, la conciencia, comunicación, mediación y proximidad son los elementos que comprenden la IAP. Al iniciar un proceso de Investigación acción participativa, siempre tenemos que preguntarnos, ¿De dónde partimos? ¿A través de que mecanismos hemos definido el tema? ¿Qué posición ocupamos? ¿Qué espacios de participación vamos a incorporar en el proceso? Es importante recordar que la IAP es un proceso de aprendizaje colectivo, todos aprendemos.
Este tipo de Investigación es para académicos, políticos y funcionarios públicos, es un gran reto pero estoy segura que si aplicamos estas metodologías con las estrategias correctas dará grandes resultados.
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